miércoles, 10 de junio de 2015

En Madrid: Un jardín llamado Capricho


Me aproveché de los caprichos de la duquesa sin el menor pudor y sin pagar nada a cambio. Conozco a doña María Josefa de la Soledad  Alonso Pimentel, duquesa de Osuna, por el busto que su nieto Pedro Alcántara mandó colocar en el centro de la Exedra de las Esfinges  en la Plaza de los Emperadores dentro del jardín que ella misma hizo construir a finales del siglo XVIII en la parte posterior de su palacio. Dicen que fue mujer inteligente y culta, mecenas de artistas e intelectuales.
Paseando por este parque a la sombra de los pinos, cipreses, robles, cedros, tilos, acacias, escuchando el rumor del agua de las fuentes y manantiales y el ir y venir de pájaros y ardillas, yo, ciudadana del siglo XXI, me siento heredera de un pedazo de paraíso que no fue creado pensando en mí sino para deleite de nobles y reyes cuya memoria queda escrita en los libros de historia.


Busto de la Duquesa de Osuna. El Capricho. Madrid. Junio 2015

 Exedra. El Capricho. Madrid. Junio 2015

 Plaza de los Emperadores. El Capricho. Madrid. Junio 2015

Plaza de los Emperadores. El Capricho. Madrid. Junio 2015

 Fuente de las Ranas con el Palacio al fondo. El Capricho. Madrid. Junio 2015

 Fuente de las Ranas. El Capricho. Madrid. Junio 2015


Imagino a la duquesa leyendo poemas a la sombra del árbol del amor o jugando al escondite entre los setos del laberinto de laurel al que nosotros ahora tenemos vedado el acceso, o disfrutando de buena compañía a orillas del lago bajo los lilos con el rumor de la cascada como banda sonora o sentada lánguidamente entre las doce columnas jónicas del templete de Baco figurando una escena de pintura romántica.



 Entrada al Laberinto. El Capricho. Madrid. Junio 2015

El Laberinto. El Capricho. Madrid. Junio 2015

 El Lago. El Capricho. Madrid. Junio 2015

 El Templo de Baco. El Capricho. Madrid. Junio 2015

El Capricho. Madrid. Junio 2015


Viajo en el tiempo a través de los serpenteantes canales que recorren parte de las catorce hectáreas de jardín, navegando en las lujosas falúas que llevan a los invitados desde el interior del embarcadero adornado con pinturas murales y construido con cañas al estilo chinesco hasta  el Salón de Baile, un edificio octogonal levantado sobre un manantial que vierte su agua a la ria bajo la escultura de un jabalí que mira con expectación la llegada de los ilustres personajes a la fiesta.



 Interior del Embarcadero. El Capricho. Madrid. Junio 2015

 La Casa de las Cañas. El Capricho. Madrid. Junio 2015

La Casa de las Cañas vista desde El Lago. El Capricho. Madrid. Junio 2015

Salón de Baile. El Capricho. Madrid. Junio 2015

El Capricho. Madrid. Junio 2015


El parque tiene antojos caprichosos propios de una aristócrata que gusta de sorprender. Los caminos entre la espesura conducen a rincones donde crecen los nenúfares en  un escondido estanque, a un fortín rodeado de un foso con agua donde nadan los patos, al Palacio del Abejero en cuyo interior los duques y sus amigos podían observar como trabajaban las abejas, a la Casa de la Vieja que parece sacada de un cuento infantil y al final de un camino de cipreses, semiescondido, aparece un pequeño edificio con apariencia de ruinosa ermita debido a un diseño de trampantojo  que simula sillares de piedra con grietas que dejan al descubierto falsos ladrillos.



El Capricho. Madrid. Junio 2015

El Capricho. Madrid. Junio 2015

 El Fortín. El Capricho. Madrid. Junio 2015

El Abejero. El Capricho. Madrid. Junio 2015

 Casa de la Vieja. El Capricho. Madrid. Junio 2015

Ermita. El Capricho. Madrid. Junio 2015


Pero no todos son caprichos de duquesa ilustrada, en el jardín hay otras sorpresas ocultas, una fortificación subterránea del siglo XX, construida durante la Guerra Civil, donde el general Miaja instaló su Cuartel General. Son visibles los respiraderos diseminados entre los árboles. Lamentablemente el bunker no se puede visitar.



Bunker. El Capricho. Madrid. Junio 2015

 Respiraderos del Bunker. El Capricho. Madrid. Junio 2015

Respiraderos del Bunker. El Capricho. Madrid. Junio 2015


El Jardín del Capricho pertenece al Ayuntamiento de Madrid desde 1974 y fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985. Se encuentra en el barrio de la Alameda de Osuna y está abierto solo los fines de semana y festivos. La entrada es gratuita.
¿Os apetece un Capricho?

4 comentarios:

gorila dijo...

¡Me ha encantado el post! Estoy deseando ir a conocer los caprichos...

María Díaz-Albo dijo...

Gracias gorila por el comentario. La visita merece la pena y no olvides que solo está abierto los fines de semana y festivos

Alberto dijo...

Muy interesante blog. Muy lindo lugar para visitar. Interesante como la aristocracia europea siempre fue muy dada hacer las cosas con mucha soltura y belleza. Saludos y espero que sigan escribiendo.

María Díaz-Albo dijo...

Muchas gracias Alberto por tu comentario, por leer el blog y por tu ánimos para seguir escribiendo.

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